sábado, 11 de junio de 2011


Acudía a tu auxilio de forma inmediata."Hola, qué tal?", tu sonrisa y perdí por goleada. Te apoderaste al instante de mi ocio y al fin y al cabo, pude entender que hiciste negocio. Una ráfaga de balas seductoras no lograban vulnerar una coraza idiota Sugerías necesitar mi delirio,para ganar espacio, me mostré cual tipo tibio. Empezó a inquietarte mi nueva conducta,pero caí derrotado por tus brotes de astucia. Quién dijo que no se puede? Quién dijo que no se puede combinar inconstancia, inconciencia y lealtad? Que es imposible dar un paseo un día a tu cielo, un día a mi infierno? Estoy seguro, compañero,y me juego mi alma loca, que no debe existir boca como esta, en el mundo entero.